El amor y el final…
Recuerdo mucho los últimos días que estuvimos juntos, me sentía muy ansiosa, molesta, triste y sola…
Recordaba cada consejo que me decían mis amigas y cada vez que yo le decía: preocúpate cuando ya no te moleste, porque entonces será cuando me estés perdiendo.
Yo lo llevaba de detalles saben? Aún cuando no tenía mucho dinero le compraba los juegos que él quería por verlo feliz, aún cuando no tenía ánimos ni mucho tiempo, le dedicaba canciones, hablaba de amor… Aún cuando no tenía mucha paciencia, lo esperaba y aguantaba todo porque tenía esperanza de que algún día fuera diferente. Luego me di cuenta que no quería lo que mi mamá tenía, yo quería una pareja, un compañero, un igual. No alguien que me hiciera sentir que estaba sola en la relación.
Cuando le dije que me iría, él intentó hacer de todo para que me quede… Escogió precisamente el momento en el que estaba por sacar mis cosas de su casa, para dedicarme la canción que tanto esperé… Escogió ese momento para decirme todo lo que siempre esperé oír, y eligió ese momento para decirme que haría cualquier cosa por mi… Lo malo fue que ya era tarde, me sentía cansada, ya no podía creer más en sus palabras, sentía que debía alejarme y eso hice. Irme fue lo más duro de la vida, pero sentí calma.
Luego de eso, hablamos y me pidió para volver… Luchó contra su orgullo y me pidió una oportunidad, se la di. Pero él creía que todo volvería a ser como antes de inmediato y no. Él esperaba que yo volviera de inmediato a su casa y yo quería pasar tiempo con mi familia. Pero él no entendía, lo quería todo igual…
Es difícil cuando desgastas tanto un sentimiento que al final sientes que ya no tienes nada más para dar. Yo estaba cansada y ya no quería, le dije que ya NO LO QUERÍA.
Al poco tiempo terminamos definitivamente y le pedí que nos alejemos un poco, no quería verlo ni hablarle, porque sabía que en cualquier momento podría volver a caer en lo que sentía por él. Fui cruel, lo ignoré y quise que sienta que de verdad estábamos separados… Él lo resintió, pero sentí que debía pensar en mi, en mi tranquilidad y lo hice.
Luego de un tiempo cuando volvimos a hablar yo volví a caer en todos los sentimientos, pero cuando le dije para volver, me rechazó.
Es curioso cómo aunque una persona te haga sentir mal con tu aspecto, con tu manera de pensar y los gustos que tienes, aún así digas: pero llego a amarlo de nuevo y te pongas a pensar… ¿es amor de verdad o es dependía? ¿Necesidad de seguir en ese ideal que tenía hace tiempo? ¿Esperanza de que de verdad todo lo planeado de cumpla?
Yo siempre he sabido cómo es él, lo buen manipulador que puede llegar a ser, y cómo siempre «asombrosamente» tiene la razón. Y aún así he querido volver con él tantas veces… Aún después de 4 años de haber terminando… Creo que siempre me había rehusado a la idea de que ese amor ya no iba más. Pensaba que si esperaba lo suficiente, él vencería a su ego y se daría cuenta que somos una buena pareja después de todo. Mi dependencia siempre ha estado presente y he sentido mil veces que él solo necesita un corto tiempo para que yo esté de nuevo a sus pies… Al menos así era. Ahora ya no.
Creo firmemente en que soy otra… que pienso diferente y que tengo más fuerza en mi, pero también sé cómo es él y por eso me alejé.
Carta del final:
De verdad te amé lo sabes no?
Te adoré, te creí, te puse encima de todo y te di todo de mí cuando estuvimos…
Y hasta después…
Siempre supe y sentí que tenías un poder sobre mi, siempre supe que sabías manipular mis pensamientos y aún así caí de nuevo en ti, cada vez que se pudo.
Aún con el tiempo que pasó, en el recuento de los daños creo que aprendí mucho de ti y aprendimos los dos de la relación.
Siempre me quedó ese pensamiento de que eras «mi langosta» (Referencia a Ross y Rachel de Friends, por eso escogí esa foto para la nota); que no importaba el tiempo que pase o las personas con las que estemos, que igual terminaríamos juntos aunque siempre dijeras que «nunca pero nunca regresarías con alguien que te hizo tanto daño como yo»
Con todo eso, yo igual creí…
¿Sabes? Si fuimos buenos amigos, y nos compartíamos muchas cosas, siento que siempre te quise en mi vida por eso y aún con todo lo que me hiciste pensar, creí necesitarte aún más.
Sé que para este momento debes seguir pensando que soy la peor, que «te clavé un puñal en la espalda» que te hice ver como el peor ser humano, maltratador de la vida…
Tú y yo sabemos qué pasó, tú y yo vivimos esa etapa como pudimos y salimos de ella como nos pareció mejor.
Sabes también que una de las razones de que me haya ido hacia mi nueva aventura, era porque quería alejarme de todo lo que tuviera que ver contigo. Lo hice, gracias.
Siento ahora más que nunca que tengo otra manera de pensar, que ahora ya puedo sacarme esa espina y vivir tranquila, que puedo hablar del tema sin un nudo en la garganta y sin pensar que todo solo yo lo hice mal. Siento que ahora he crecido, que ya no me ata nada y que de verdad podría ver tu vida desde afuera, sin involucrar mis emociones.
Espero que seas feliz con tus decisiones, espero que también crezcas y sientas que quizás esta catarsis también te sirve para ver en qué fallamos y qué no deberías volver a hacer.
Tu orgullo es grande, tu ego pesa aún más, pero sé que aunque todo haya pasado como pasó, en algún momento quisiste intentarlo de nuevo pero tu yo interno no te dejó y qué bueno! Pues nos hubiéramos hecho más daño.
A veces simplemente las relaciones deben ser para enseñar y luego dejar volar…
Eso nos pasó y ahora a volar…
La última vez que te escribí te pedí que ya no me hables, que dejes que sea yo quien escriba, cuando no me tengas bloqueada… Y la verdad no creo que lo haga más… quizás de aquí a unos años podamos cruzar anécdotas y veamos cuánto hemos madurado. Ahora siento que estoy bien así y quiero moverme, quiero dar otro paso y seguir adelante.
Ya no hay más lamentos, ya no quiero seguir arraigándolos en mi vida, ya no quiero sentir que te debo algo o que debo seguir en la tuya.
Ya me dejo y te dejo ir… Así, en modo dramático, porque es el único que conozco.
Sé que serás feliz, a tu modo.
Gracias si leíste y sino, también.
Lu.